La reciente sentencia n.º 14657 de 2024, emitida por la Corte de Casación, ofrece una importante reflexión sobre las garantías procesales de los imputados no italoparlantes. En particular, la resolución establece que la orden de agravamiento de la medida cautelar debe ser traducida a un idioma comprensible para el imputado, bajo pena de nulidad. Este principio, reiterado con firmeza, es fundamental para garantizar el derecho a la defensa y la protección de la libertad personal de los individuos involucrados en procedimientos penales.
Según la sentencia n.º 14657, la Corte anuló sin reenvío la orden de agravamiento emitida por el Tribunal de Libertad de Roma. La motivación principal reside en el hecho de que el imputado, W. N. P., al no tener conocimiento de la lengua italiana, no podía comprender el contenido del acto, debido a la omisión de la traducción. Esto constituye una violación de los derechos fundamentales del individuo, en particular del derecho a la defensa, consagrado en el artículo 24 de la Constitución Italiana.
Orden de agravamiento de la medida emitida contra imputado alóglota que no tiene conocimiento de la lengua italiana - Omisión de traducción a idioma conocido por el mencionado - Nulidad - Existencia - Razones. En materia de medidas cautelares personales, la orden de agravamiento del vínculo emitida contra el imputado alóglota, que no tenga conocimiento de la lengua italiana, debe ser traducida, a pena de inadmisión, a un idioma que le sea conocido, conforme a lo dispuesto en la combinación de los arts. 143 y 178, párrafo 1, letra c), del código de procedimiento penal, ya que incide sensiblemente en la libertad personal.
Esta sentencia tiene implicaciones significativas para el sistema jurídico italiano y para el tratamiento de los imputados extranjeros. A continuación, se presentan algunos puntos clave:
La sentencia n.º 14657 de 2024 marca un paso adelante en la tutela de los derechos de los imputados no italoparlantes. Llama la atención sobre la necesidad de garantizar una justicia equitativa y comprensible para todos, independientemente del idioma que hablen. La traducción de los actos jurídicos no es solo una cuestión de forma, sino un elemento esencial para asegurar el respeto de los derechos fundamentales y para mantener la integridad del sistema jurídico. Los operadores del derecho deberían prestar especial atención a este aspecto para evitar futuros litigios y garantizar un proceso justo.