La sentencia n.º 33019 del 12 de julio de 2024, emitida por la Corte de Casación, representa una importante resolución en materia de ultraje a cuerpos políticos, administrativos o judiciales. Esta decisión aclara que el delito de ultraje puede configurarse incluso en ausencia de una conducta realizada "en presencia" de las autoridades, como en el caso de comunicaciones por correo electrónico dirigidas a entidades públicas.
En este supuesto, el acusado A. G. envió correos electrónicos que contenían graves ofensas a miembros del cuerpo de Policía local, Prefectura y Ayuntamiento. La Corte consideró que dichas conductas integraban el delito de ultraje, a pesar de no haber sido cometidas en presencia de los destinatarios.
Conducta cometida con un escrito - Cuerpo reunido en colegiado para el ejercicio de sus funciones - Necesidad - Exclusión - Supuesto. El delito de ultraje a un Cuerpo político, administrativo o judicial, realizado con un escrito dirigido al Cuerpo, a la representación o al colegiado, no postula necesariamente que la conducta se realice "en presencia" de estos últimos, es decir, mientras se encuentran en el ejercicio de sus funciones. (Supuesto en el que la Corte consideró correctamente configurado el delito de ultraje corporativo en relación con algunos "mails", enviados a las "cuentas" oficiales de Policía local, Prefectura y Ayuntamiento, que contenían graves ofensas a los miembros del cuerpo de Policía local).
La decisión establece un principio fundamental: el delito de ultraje no se limita a comportamientos dirigidos expresamente frente a las autoridades, sino que puede manifestarse también a través de comunicaciones escritas. Este aspecto es de particular relevancia en una época en la que las interacciones entre ciudadanos e instituciones se producen cada vez con mayor frecuencia a través de canales digitales.
La Corte también se refirió al Código Penal, en particular al art. 342, párrafo 2, que trata de las ofensas a funcionarios públicos, subrayando cómo la intención ofensiva puede manifestarse también en formas distintas al encuentro directo.
La sentencia n.º 33019 de 2024 representa un paso adelante en la jurisprudencia italiana en materia de ultraje a cuerpos públicos. Aclara que la ofensa a una institución no debe necesariamente ocurrir en presencia de los órganos competentes, sino que puede configurarse también a través de escritos enviados a canales oficiales. Este enfoque amplía la protección de las instituciones y de sus miembros, promoviendo un clima de respeto necesario para el correcto funcionamiento de la administración pública.