La sentencia n. 9680 del 10 de abril de 2024, emitida por la Corte de Casación, ofrece importantes aclaraciones sobre la competencia funcional en materia de oposición a decretos de embargo. En un contexto jurídico en continua evolución, es fundamental analizar las implicaciones de esta ordenanza, que se inserta en la línea de la normativa vigente y de la jurisprudencia consolidada.
El decreto de embargo, regulado por el art. 614 del Código de Procedimiento Civil, es un instrumento rápido para el cobro de créditos. Sin embargo, la posibilidad de oponerse a dicho decreto es igualmente relevante, ya que permite al destinatario defenderse y contestar las pretensiones creditorias. La sentencia en cuestión aclara que la oposición no está sujeta a una competencia funcional inderogable del juez de la ejecución, sino que se articula según las disposiciones generales previstas para dicho procedimiento.
En particular, la Corte establece que:
IUS SUPERVENIENS - PROCESO DE EJECUCIÓN En general. La oposición al decreto de embargo emitido con arreglo al art. 614 c.p.c. - para la cual no se prevé ninguna competencia funcional e inderogable del juez de la ejecución - se rige por las disposiciones generales para el procedimiento de oposición a decreto de embargo y, por consiguiente, recae en la competencia funcional de la oficina judicial a la que pertenece el juez de la ejecución; en consecuencia, el acto introductorio correspondiente debe inscribirse en el rol general de los asuntos contenciosos de dicha oficina y el procedimiento debe asignarse según los criterios establecidos por las tablas de distribución de asuntos ex art. 7 bis del r.d. n. 12 de 1941, que legítimamente pueden prever también la designación de un magistrado que ejerce las funciones de juez de la ejecución o, incluso, del mismo juez que emitió el decreto impugnado, sin relevancia directa para la validez de los actos del procedimiento.
La sentencia n. 9680 de 2024 representa un importante paso adelante en la claridad normativa relativa a la oposición a los decretos de embargo. Confirma la importancia de una gestión judicial eficiente y coherente, garantizando al mismo tiempo el derecho de defensa de los sujetos implicados. Los operadores del derecho y los profesionales legales deberían prestar especial atención a estas disposiciones para garantizar una correcta aplicación de la ley y, en última instancia, una justicia equitativa y tempestiva.