La reciente sentencia del Tribunal de Casación, n. 33856 de 2024, ha puesto de relieve importantes cuestiones relativas a la responsabilidad penal de los notarios en relación con los delitos de malversación de caudales públicos. En particular, el Tribunal examinó la posición de un notario acusado de haberse apropiado de sumas destinadas al pago del impuesto de registro, planteando interrogantes sobre la calificación de la conducta y la aplicación de las normas vigentes.
El notario A.A. fue condenado por malversación de caudales públicos tras constatarse que, a pesar de haber recibido fondos de los clientes para el pago del impuesto de registro, no los había ingresado a la Hacienda Pública. El Tribunal de apelación de Palermo, en reforma parcial de la sentencia de primera instancia, redujo la pena, pero confirmó la responsabilidad del notario. Los defensores presentaron recurso, argumentando que el notario no ostentaba la cualificación de funcionario público y que no había habido apropiación hasta que no hubiera expirado el plazo para el pago.
El Tribunal aclaró que el notario, si bien no es un funcionario público en el sentido estricto, es no obstante responsable por las sumas recibidas a título de impuesto, constituyendo un incumplimiento grave.
El Tribunal de Casación desestimó los argumentos de los defensores, afirmando que la cualificación de funcionario público del notario es extensible también a sus funciones de responsable tributario. Según la jurisprudencia, el delito de malversación de caudales públicos se perfecciona no solo con la apropiación, sino también con el mero retraso en el ingreso de las sumas recibidas. Se estableció que la inversión del título de posesión se produce en el momento en que el notario utiliza los fondos para fines personales, resultando por tanto evidente la existencia del delito.
La sentencia n. 33856 de 2024 representa un importante paso adelante en la definición de la responsabilidad de los notarios en materia tributaria. Aclara que, a pesar de la complejidad de las funciones notariales, el respeto de las obligaciones fiscales es esencial y su incumplimiento puede acarrear consecuencias penales significativas. Este caso subraya la importancia de la vigilancia y la transparencia en las prácticas profesionales, para que los profesionales del sector no solo respeten las normas, sino que contribuyan activamente a la legalidad fiscal.