La sentencia de la Corte de Casación n. 16592 del 20 de junio de 2019 ofrece una importante reflexión sobre la liquidación de los daños no patrimoniales, en particular los de naturaleza catastrófica. La decisión se inserta en un contexto jurídico complejo, donde la indemnización por daños de sufrimiento psíquico debe ser adecuadamente personalizada, especialmente en situaciones de grave trauma y sufrimiento temporal, como en el caso de accidentes de tráfico que conducen a la muerte.
El caso se refería a un recurso presentado por los padres de un joven víctima de un accidente de tráfico, quien había sufrido graves traumas y había vivido tres días de agonía antes de morir. Inicialmente, la Corte de apelación de Milán había liquidado el daño por el sufrimiento a la suma de 1.000 euros, una cantidad considerada irrisoria por la Corte de Casación, que anuló dicha decisión.
El daño catastrófico es máximo en su entidad e intensidad, tanto que la lesión a la salud es tan elevada que no es susceptible de recuperación y desemboca en la muerte.
En la sentencia en cuestión, la Corte de Casación reiteró que la liquidación del daño catastrófico debe realizarse según criterios equitativos que tengan en cuenta la gravedad del sufrimiento y la situación específica de la víctima. En particular:
En el caso específico, la Corte estableció una indemnización de 2.500 euros por cada día de sufrimiento, para un total de 7.500 euros, una cifra que parece más congruente respecto a la liquidación anterior.
La resolución de la Corte de Casación n. 16592/2019 representa una importante etapa en la jurisprudencia italiana relativa a la liquidación del daño catastrófico. Subraya la necesidad de una evaluación equitativa y personalizada del sufrimiento psíquico, remarcando el principio según el cual la liquidación debe reflejar no solo la dimensión económica del daño, sino también la gravedad y la intensidad de la experiencia vivida por la víctima. Es fundamental, por lo tanto, que los juristas y los profesionales del sector se atengan a tales orientaciones para garantizar una justa indemnización en los casos de daño catastrófico.