La reciente ordenanza n. 17063 del 20 de junio de 2024, emitida por la Corte de Casación, ofrece importantes reflexiones sobre la cuestión de la interpretación de los contratos. En este artículo, exploraremos el contenido de esta sentencia, destacando los principios jurídicos que consagra y cómo estos pueden influir en las prácticas contractuales cotidianas.
En la causa entre M. (G. U.) y N. (C. A. G.), la Corte de Casación intervino para aclarar los límites y la aplicabilidad de la interpretación conservativa de los contratos. La ordenanza rechaza el recurso propuesto por la parte actora, confirmando la importancia de una correcta interpretación literal de los actos negociales. En particular, el juez debe seguir un camino interpretativo preciso, como se establece en los artículos 1362 y siguientes del Código Civil.
Interpretación idónea para conferir en todo caso un significado al contrato - Criterio integrador y subsidiario del art. 1367 c.c. - Utilización - Límites. Para individuar la común intención de las partes, el juez debe preliminarmente proceder a la interpretación literal del acto negocial y de las cláusulas individuales, singularmente y las unas por medio de las otras, según los criterios hermenéuticos principales previstos en los arts. 1362 y ss. c.c.; el juez puede valerse del criterio del art. 1367 c.c., de carácter subsidiario e integrador, solo si no ha estado en condición de individuar el común intento de las partes a través de la utilización de las antedichas reglas interpretativas; en caso contrario, la interpretación conservativa no puede tener lugar.
Esta máxima subraya la importancia de una primera fase de análisis literal y sistemático del contrato. Solo después de haber agotado estos criterios, el juez puede recurrir a la interpretación conservativa, que siempre debe considerarse como última ratio. Esto implica que el intento de las partes debe surgir claramente de la lectura de las cláusulas contractuales, sin tener que recurrir a interpretaciones que puedan alterar el significado original del acuerdo.
Estas consideraciones no solo ayudan a garantizar una mayor certeza jurídica, sino también a reducir el litigio derivado de malentendidos contractuales.
En conclusión, la sentencia n. 17063 de 2024 representa una importante guía para abogados y operadores del derecho, subrayando la importancia de una interpretación rigurosa y sistemática de los contratos. La claridad en la redacción y la correcta comprensión de las intenciones contractuales son elementos clave para prevenir controversias y garantizar la validez de los acuerdos. El respeto de los principios consagrados por el Código Civil es esencial para una gestión eficaz de las relaciones contractuales.