Sufrir las consecuencias de un error ajeno es una experiencia profundamente frustrante, especialmente cuando ese error compromete una oportunidad concreta de mejora personal, profesional o de salud. Ya sea una promoción laboral frustrada a causa de una referencia injusta, un concurso no superado por una exclusión ilegítima o, en los casos más graves, la pérdida de la posibilidad de curación a raíz de un error médico, la sensación de injusticia es tangible. En estas situaciones, nuestro ordenamiento jurídico reconoce una forma específica de daño resarcible: la pérdida de oportunidad. Comprender cómo tutelar los propios derechos es el primer paso para transformar una oportunidad perdida en una justa indemnización. Como abogado experto en indemnización de daños en Milán, el Abogado Marco Bianucci asiste a quienes han visto desvanecerse una posibilidad concreta a causa de la conducta ilícita de terceros.
El daño por pérdida de oportunidad no se refiere a la pérdida de una ventaja cierta, sino a la pérdida de la posibilidad concreta de conseguirlo. La jurisprudencia italiana ha establecido que para obtener una indemnización es necesario demostrar la existencia de algunos elementos fundamentales. No es suficiente una mera esperanza o una expectativa genérica; la oportunidad perdida debe ser real, seria y presentar una elevada probabilidad de éxito, evaluada según un criterio de 'más probable que no'. La prueba del nexo causal entre la conducta ilícita de un tercero y la pérdida de esta posibilidad es el núcleo de toda acción legal. Es esencial demostrar que, sin ese error o esa omisión, se habría tenido una probabilidad significativa y no solo teórica de alcanzar el resultado esperado.
La casuística es muy amplia y abarca diversos ámbitos de la vida cotidiana. Entre las situaciones más frecuentes se encuentran la pérdida de oportunidad en el ámbito laboral, como la no contratación o promoción debida a un comportamiento ilegítimo del empleador, y la pérdida de oportunidad de curación o supervivencia en el ámbito de la responsabilidad médica, donde un diagnóstico tardío o un tratamiento erróneo han reducido las posibilidades de un resultado favorable para el paciente. En cada contexto, la cuantificación del daño es un proceso complejo, que no corresponde al valor del bien final perdido, sino a un porcentaje del mismo, calculado en base al grado de probabilidad de éxito que se ha perdido.
El enfoque del Abogado Marco Bianucci, abogado experto en indemnización de daños en Milán, se basa en un análisis riguroso y personalizado de cada caso. La primera fase consiste en una evaluación exhaustiva para determinar si la posibilidad perdida era lo suficientemente concreta como para ser legalmente protegible. Esto implica una meticulosa recopilación de pruebas documentales y, si es necesario, la participación de consultores técnicos (como médicos forenses o expertos del sector laboral) para establecer el grado de probabilidad de éxito que se perdió. La estrategia del Estudio Jurídico Bianucci está orientada a demostrar de manera inequívoca el nexo causal y a cuantificar el daño de forma justa y sostenible en sede judicial, brindando al cliente una asistencia clara y estratégica durante todo el proceso de indemnización.
Es posible solicitar una indemnización cuando se puede demostrar que un comportamiento ilícito o un incumplimiento contractual por parte de un tercero ha causado la pérdida de una posibilidad concreta y apreciable de obtener una ventaja futura. No basta una simple esperanza; es necesario probar que existía una probabilidad seria y no meramente hipotética de éxito.
El cálculo es complejo y no equivale al valor total del resultado esperado. La indemnización es determinada de forma equitativa por el juez, quien multiplica el valor de la ventaja final por el coeficiente de probabilidad que el perjudicado tenía de conseguirla. Por ejemplo, si la ventaja perdida valía 100 y la probabilidad de obtenerla era del 50%, la indemnización se calculará sobre una base de 50.
El lucro cesante se refiere a la pérdida de una ganancia que se habría realizado ciertamente si no hubiera intervenido el ilícito. La pérdida de oportunidad, en cambio, se refiere a la pérdida de la posibilidad de conseguir un resultado favorable que no era cierto, pero probable. La distinción es crucial: en el primer caso se indemniza una ganancia cierta no obtenida, en el segundo la pérdida de una posibilidad.
Los plazos de prescripción varían según la naturaleza de la responsabilidad. En caso de responsabilidad contractual (por ejemplo, hacia el propio empleador), el plazo es generalmente de diez años. Si la responsabilidad es extracontractual (derivada de un hecho ilícito de un tercero), el plazo es de cinco años, salvo plazos más cortos o largos previstos para casos específicos.
Afrontar una situación de pérdida de oportunidad requiere competencia jurídica y una estrategia legal precisa. Si considera que ha perdido una oportunidad significativa a causa del error de otros, es fundamental actuar con el apoyo adecuado. El Abogado Marco Bianucci y el Estudio Jurídico Bianucci en Milán están a Su disposición para analizar Su situación, evaluar la solidez de Sus pretensiones y asistirla en el camino para obtener la justa indemnización. Contacte al estudio para concertar una primera consulta y recibir una opinión legal cualificada.