Recientemente, la providencia n. 9910 del 11 de abril de 2024 ha atraído la atención de los operadores jurídicos y de las empresas. La cuestión central se refiere a la deducibilidad de los gastos legales en que incurren las sociedades para la defensa de sus administradores en procedimientos penales. Este tema es de fundamental importancia, ya que afecta directamente a la gestión de los recursos empresariales y a las consecuencias fiscales para las empresas.
Según lo establecido por la Corte, los gastos legales no son deducibles a efectos del impuesto sobre la renta de las personas físicas (I.R.P.E.F.). La Corte ha subrayado que, para ser considerados deducibles, los gastos deben estar relacionados con una actividad que pueda generar beneficios. Este principio se basa en el artículo 109 del D.P.R. n. 917 de 1986, el cual establece que la deducibilidad de los gastos está subordinada a su inherencia a la actividad empresarial.
Gastos por defensa penal de órganos societarios - Deducibilidad - Exclusión - Fundamento. En materia de impuestos sobre la renta, los gastos legales, en que incurre la sociedad contribuyente para la defensa de sus administradores en un procedimiento penal, no son deducibles ya que, a efectos de la inherencia a la actividad empresarial, como presupuesto de la deducibilidad ex art. 109 del d.P.R. n. 917 de 1986, no es suficiente que el coste sea consecuencia genérica del ejercicio de la empresa, sino que es necesaria su correlación con una actividad potencialmente idónea para producir beneficios.
Esta decisión tiene diversas implicaciones para las empresas, entre ellas:
Además, esta sentencia podría influir en las estrategias de defensa legal de las empresas, impulsándolas a considerar alternativas para reducir los costes legales y a reconsiderar sus estructuras organizativas.
En conclusión, la providencia n. 9910 de 2024 representa una importante aclaración sobre la deducibilidad de los gastos legales en el contexto de la defensa penal para las sociedades. Las empresas deben ser conscientes de estas restricciones y revisar sus políticas fiscales y de gestión de riesgos. Conocer la normativa vigente y las resoluciones jurisprudenciales es fundamental para una correcta planificación fiscal y una gestión óptima de los recursos empresariales.