La sentencia n. 45840 de 2024 de la Corte de Casación representa un importante punto de referencia en materia de peculado y falsificación en documento público. El caso en cuestión concierne a A.A., un depositario nombrado en un procedimiento de expropiación inmobiliaria que se apropió de sumas considerables, entregando a los herederos solo una parte de lo adeudado. La Corte confirmó las decisiones de los jueces de mérito, subrayando la importancia de la responsabilidad del funcionario público y las modalidades de apropiación ilícita.
El peculado, regulado por el art. 314 del Código Penal, es un delito que concierne a la apropiación de dinero o bienes ajenos por parte de quien tiene la custodia o la disponibilidad de los mismos en virtud de su función pública. En esta sentencia, la Corte aclaró cómo la apropiación de A.A. estaba ligada a su calidad de depositario y delegado de la venta, lo que implica una responsabilidad directa por la gestión de las sumas adeudadas a los herederos.
La Corte desestimó el recurso, confirmando la responsabilidad de A.A. por peculado, destacando que su conducta integra los extremos del delito.
La Corte subrayó que los argumentos defensivos de A.A. no encontraron respaldo. En particular, la solicitud de unir los procedimientos y de reconsiderar la calificación jurídica del hecho fueron juzgadas inadmisibles. Los jueces destacaron que la apropiación indebida se había producido mediante la creación de documentos falsos, los cuales habían inducido a error a los funcionarios bancarios. Este aspecto es crucial, ya que la Corte aclaró que la falsificación era instrumental a la apropiación, no justificando por lo tanto una recalificación del delito en estafa agravada.
La sentencia n. 45840 de 2024 representa un importante recordatorio de la responsabilidad de los funcionarios públicos en la gestión de bienes ajenos. La Corte de Casación reiteró que la conducta de A.A. no puede considerarse meramente accidental o justificada por errores ajenos, sino que es el resultado de un plan delictivo bien concebido. Este caso evidencia la importancia de una vigilancia constante en las relaciones de confianza y la necesidad de sanciones adecuadas en caso de violaciones por parte de quienes ocupan cargos públicos.