La sentencia del Tribunal de Casación n. 34422 de 2024 ofrece una importante reflexión sobre los criterios de competencia territorial en el contexto de los procedimientos de divorcio, con especial atención a la custodia de los menores. La decisión, emitida el 26 de septiembre de 2024, analiza la cuestión de la residencia habitual del menor y el principio de perpetuatio jurisdictionis, elementos fundamentales para la correcta determinación del juez competente.
En el caso en cuestión, B.B. solicitó la cesación de los efectos civiles del matrimonio con A.A., solicitando la custodia compartida de su hijo C.C. y la regulación de los tiempos de permanencia con el padre. Sin embargo, A.A. impugnó la competencia del Tribunal de Verona, alegando que la residencia habitual del menor había cambiado y que, por lo tanto, el Tribunal competente era el de Monza.
El Tribunal reiteró la importancia de considerar la situación de hecho existente en el momento de la presentación de la solicitud, considerando que la competencia territorial seguía siendo la del Tribunal de Verona.
El Tribunal examinó dos motivos de recurso presentados por A.A. relativos a la violación del art. 473 bis.11 c.p.c., que establece la competencia en relación con la residencia habitual del menor. El primer motivo se refería a la interpretación de la residencia habitual, mientras que el segundo se refería al principio de proximidad, a considerar en relación con el interés superior del menor.
Esta sentencia tiene importantes implicaciones para futuras controversias legales en materia de divorcio y custodia de menores. Establece un principio claro para la determinación de la competencia territorial, subrayando la importancia de garantizar una tutela judicial estable y predecible. Además, reitera que las decisiones relativas a la custodia de los menores deben tener siempre en cuenta su residencia habitual en el momento de la solicitud, evitando caer en el riesgo del forum shopping.
En conclusión, la sentencia Cass. civ., Sez. I, Ord. n. 34422 de 2024 representa un importante punto de referencia para los operadores jurídicos y las parejas en fase de separación o divorcio. Aclara cómo debe respetarse rigurosamente la competencia territorial, protegiendo así los intereses superiores de los menores implicados. Conocer estos principios es fundamental para abordar con conocimiento las cuestiones legales que surgen en contextos familiares complejos.