La reciente ordenanza de la Corte de Casación, n. 29632 de 2024, ofrece importantes reflexiones sobre la responsabilidad civil en relación con la custodia de bienes y carreteras. La cuestión central concierne a la responsabilidad de la sociedad Autostrade per l'Italia S.p.A. tras un accidente de tráfico causado por la presencia de escombros en la calzada. La decisión revoca una sentencia anterior del Tribunal de Teramo, planteando interrogantes sobre la correcta carga de la prueba en caso de daños causados por eventos imprevisibles.
El siniestro ocurrió el 16 de mayo de 2016, cuando el coche de A.A. impactó contra un escombro en el tercer carril de la autopista A1. Inicialmente, el juez de paz de Teramo había estimado la solicitud de indemnización de A.A., pero la sociedad concesionaria de autopistas presentó apelación, alegando que no era responsable al no haber podido prever la presencia del escombro. El Tribunal acogió esta tesis, sosteniendo la imprevisibilidad del evento, pero la Casación cuestionó este punto de vista.
La responsabilidad del custodio por daños derivados de cosas en custodia se rige por el art. 2051 del Código Civil, que prevé una inversión de la carga de la prueba en caso de eventos imprevisibles.
La Corte aclaró que, para excluir la responsabilidad de la sociedad concesionaria de autopistas, esta debería haber demostrado no solo la imprevisibilidad del evento, sino también haber llevado a cabo una adecuada actividad de control y mantenimiento. La mera ausencia de avisos por parte de los usuarios de la vía no es suficiente para demostrar que la situación de peligro fuera efectivamente súbita e imprevisible. En otras palabras, la Casación subrayó la importancia de un enfoque diligente en la gestión de la seguridad vial.
El reenvío al Tribunal de Teramo para ulteriores comprobaciones representa una oportunidad para redefinir los límites de la responsabilidad en situaciones similares, con el objetivo de garantizar una mayor seguridad para los usuarios de la vía.
La decisión de la Corte de Casación n. 29632 de 2024 no solo reitera principios ya afirmados por la jurisprudencia, sino que también llama la atención sobre la importancia de una gestión proactiva y vigilante por parte de los entes responsables de la custodia de las carreteras. En un contexto en el que la seguridad vial es fundamental, cada actor involucrado debe asumir sus responsabilidades para prevenir accidentes y garantizar la protección de los usuarios.