El nacimiento de un hijo es un evento que redefine los equilibrios de una pareja. Cuando este momento coincide con una separación, surgen dudas y preocupaciones complejas, en particular en lo que respecta a la gestión de la relación entre el recién nacido y sus padres. Comprender cómo se regula la custodia y el derecho de visita para un lactante es fundamental para garantizar su bienestar y tutelar el principio de la coparentalidad desde los primeros días de vida. Como abogado de familia en Milán, el abogado Marco Bianucci aborda estas delicadas situaciones con el objetivo de proteger el interés superior del menor, construyendo soluciones equilibradas que respeten el papel de ambos progenitores.
La ley italiana pone en el centro de toda decisión relativa a los hijos su exclusivo interés moral y material. Este principio se aplica con especial atención cuando se trata de recién nacidos, cuya vulnerabilidad requiere soluciones extremadamente ponderadas. La normativa de referencia, si bien no prevé reglas matemáticas, ofrece directrices claras que los tribunales aplican para crear las condiciones más favorables para el crecimiento sereno del niño.
El principio de coparentalidad, sancionado por la Ley 54/2006, establece el derecho del niño a mantener una relación continuada y equilibrada con ambos progenitores, incluso en caso de separación. Este derecho no desaparece, sino que, por el contrario, adquiere una importancia crucial en los primeros meses de vida. Aunque las necesidades fisiológicas del recién nacido, como la lactancia, puedan orientar las modalidades de frecuentación, el vínculo con ambas figuras parentales debe promoverse y tutelarse desde el principio, sentando las bases para un sano desarrollo psico-físico.
La regla general en nuestro ordenamiento es la custodia compartida, que implica el ejercicio conjunto de la responsabilidad parental. Para un recién nacido, esto no se traduce en una convivencia paritaria con pernoctaciones alternas, sino en un proyecto parental compartido. El niño suele convivir de forma predominante con la madre, reconociendo el papel primordial de cuidado en esta fase. Sin embargo, esto no excluye al padre, cuyo derecho-deber de visita debe garantizarse con modalidades que tengan en cuenta las necesidades del pequeño, como visitas frecuentes pero de corta duración.
Abordar la regulación de la custodia de un recién nacido requiere no solo competencia jurídica, sino también una profunda sensibilidad. El enfoque del abogado Marco Bianucci, abogado experto en derecho de familia en Milán, se centra en la construcción de un acuerdo a medida que pueda evolucionar con el crecimiento del niño. El objetivo primordial es evitar el conflicto, favoreciendo soluciones consensuadas que pongan en primer lugar el interés superior del menor. El despacho trabaja para definir un calendario de visitas progresivo, que parta de encuentros breves y frecuentes en los primeros meses para luego ampliarse gradualmente, incluyendo las pernoctaciones cuando el niño sea mayor, siempre respetando sus ritmos y sus necesidades.
El derecho de visita se establece buscando un equilibrio entre las necesidades del recién nacido, a menudo ligadas a la lactancia y a una rutina estable, y el derecho del padre a construir un sólido vínculo. Generalmente, se prevén visitas frecuentes, incluso diarias, pero de corta duración, en el domicilio materno o en lugares familiares para el niño. El objetivo es garantizar una presencia constante sin alterar los equilibrios del lactante.
En la primerísima fase de vida (primeros 6-12 meses), la jurisprudencia tiende a excluir la pernoctación en casa del padre, especialmente en caso de lactancia materna, para no interrumpir la rutina del niño. Sin embargo, no existe una prohibición absoluta. Con el crecimiento del hijo y la progresiva introducción de alimentos sólidos, los tiempos de estancia se alargan hasta incluir, de forma gradual, también las pernoctaciones, en una óptica de plena coparentalidad.
La lactancia es un factor importante que condiciona las modalidades, pero no puede anular ni limitar excesivamente el derecho de visita. Las visitas se organizan de forma que sean compatibles con los horarios de las tomas. La madre tiene el deber de colaborar para facilitar los encuentros, por ejemplo extrayendo leche, para permitir al padre pasar tiempo a solas con el hijo, si las condiciones lo permiten.
Si no es posible alcanzar un acuerdo consensuado, será el Tribunal quien decida sobre las modalidades de custodia y de visita. El juez, recurriendo si es necesario a una Consulta Técnica de Oficio (CTU) psicológica, establecerá el régimen más idóneo para tutelar el bienestar del recién nacido, basándose exclusivamente en su interés superior y no en las pretensiones de los singulares progenitores.
La gestión de las relaciones parentales tras una separación, especialmente en presencia de un hijo de pocos meses, es una materia que requiere un análisis atento y personalizado. Cada núcleo familiar tiene sus propias especificidades y no existen soluciones estándar aplicables a todos. Si está afrontando esta situación y desea comprender cómo tutelar mejor su papel de progenitor y el bienestar de su hijo, puede contactar con el Despacho de Abogados Bianucci en la calle Alberto da Giussano, 26 en Milán. Un abogado experto en derecho de familia está a su disposición para proporcionarle el apoyo necesario y delinear la estrategia más adecuada a su caso específico.