El fin de una relación conyugal puede ser un período de gran vulnerabilidad emocional. Cuando esta delicada fase se ve exacerbada por comportamientos hostiles en las redes sociales, como la publicación de mensajes ofensivos, comentarios denigrantes o la difusión de información privada, el malestar puede volverse insoportable. Estos actos no son simples desahogos personales, sino que pueden configurar el delito de difamación agravada y una grave violación del derecho a la privacidad. Comprender las herramientas legales disponibles es el primer paso para defender la propia dignidad y reputación. En estas circunstancias, la intervención de un abogado experto en derecho penal es fundamental para evaluar la situación y actuar de manera oportuna y eficaz.
En Italia, la ley protege la reputación de cada individuo. Publicar un mensaje en plataformas como Facebook, Instagram u otras redes sociales con contenido ofensivo hacia el ex cónyuge constituye, en la mayoría de los casos, el delito de difamación, regulado por el artículo 595 del Código Penal. Cuando esto ocurre en línea, el delito se considera agravado, ya que el mensaje tiene una difusión potencialmente ilimitada y puede llegar a un número indeterminado de personas. Para que el delito se configure, deben estar presentes tres elementos esenciales: la ofensa a la reputación de una persona, la comunicación de dicha ofensa a al menos dos personas y la ausencia de la persona ofendida en el momento de la comunicación.
Además de la difamación, la difusión no autorizada de fotografías, vídeos o conversaciones privadas constituye una violación del derecho a la imagen y a la privacidad. Este tipo de comportamiento lesiona la esfera más íntima de una persona y puede causar un daño profundo, tanto personal como profesional. La ley ofrece herramientas específicas para solicitar la eliminación inmediata de dichos contenidos y para obtener una justa indemnización por el perjuicio sufrido. Es importante no subestimar la gravedad de estas acciones, que pueden tener consecuencias duraderas en la vida de la víctima y, si los hay, también en los hijos involucrados.
Abordar una situación de difamación en línea requiere una estrategia legal clara y decidida. El enfoque del abogado Marco Bianucci, abogado experto en derecho penal en Milán, se centra en una acción de doble vía: la protección inmediata y la persecución del responsable. El primer paso consiste en la recopilación meticulosa de pruebas, como capturas de pantalla completas de la fecha, hora y URL de las publicaciones ofensivas, para fijar la prueba antes de una posible eliminación. Posteriormente, se procede con una advertencia formal para solicitar la eliminación del contenido y, paralelamente, se evalúa la presentación de una denuncia ante las autoridades competentes. Cada caso se analiza para definir la estrategia más adecuada, que puede incluir también la solicitud de una indemnización por los daños morales y de imagen sufridos.
La difamación agravada se castiga con la reclusión de seis meses a tres años o con una multa no inferior a 516 euros. Además de la sanción penal, el autor del delito puede ser condenado a indemnizar el daño causado a la persona ofendida, cuya cuantía se establece por el juez en función de la gravedad del hecho y del perjuicio sufrido.
Es fundamental actuar con la máxima celeridad. La prueba principal consiste en la captura de pantalla de la publicación, que debe ser lo más completa posible (incluyendo el autor, la fecha, la hora y los comentarios). En casos complejos, puede ser útil recurrir a un técnico para una pericia informática que certifique la autenticidad y procedencia del contenido, haciendo que la prueba sea difícilmente impugnable en sede legal.
El plazo para presentar una denuncia por el delito de difamación es de tres meses. Este período comienza a contar desde el día en que la persona ofendida tuvo conocimiento efectivo del hecho, es decir, desde que visualizó por primera vez la publicación o el comentario difamatorio.
Sí, es posible. La solicitud de indemnización por daños y perjuicios puede presentarse constituyéndose como parte civil en el proceso penal o iniciando una causa separada en sede civil. El daño indemnizable comprende tanto el daño moral (el sufrimiento interior) como el daño a la imagen y a la reputación, que puede tener también consecuencias económicas y profesionales.
Si es víctima de publicaciones ofensivas o de una violación de su privacidad por parte de su ex cónyuge, es esencial actuar rápidamente para limitar los daños y hacer valer sus derechos. Esperar podría comprometer la posibilidad de recopilar pruebas eficaces y de actuar dentro de los plazos legales. El abogado Marco Bianucci ofrece asesoramiento legal en Milán para analizar su situación específica y delinear la estrategia más eficaz para su protección. Póngase en contacto con el Despacho de Abogados Bianucci en Via Alberto da Giussano, 26 para una evaluación profesional de su caso.