Afrontar una separación o un divorcio es un camino emocionalmente complejo, que adquiere contornos aún más delicados cuando involucra a hijos con discapacidad o necesidades educativas especiales. La principal preocupación de cada progenitor es garantizar a su hijo la máxima estabilidad y la continuidad de los cuidados necesarios. En estas circunstancias, definir un plan de custodia no es solo una cuestión legal, sino un acto de profunda responsabilidad para construir un futuro sereno. En calidad de abogado especialista en derecho de familia en Milán, el abogado Marco Bianucci apoya a los progenitores para elaborar soluciones jurídicas que pongan en primer lugar el bienestar y las necesidades específicas del menor, transformando las incertidumbres en un proyecto de vida claro y sostenible.
La legislación italiana sitúa como eje el principio del superior interés del menor en cada decisión que le concierna. Este principio se ve reforzado en el caso de hijos con discapacidad. La ley sobre la custodia compartida (Ley 54/2006) establece que ambos progenitores mantienen la responsabilidad parental y participan en igual medida en las decisiones más importantes para la vida del hijo. Sin embargo, cuando un hijo tiene necesidades particulares, la aplicación de esta norma requiere una atención específica. No se trata solo de dividir el tiempo, sino de crear un entorno coordinado que garantice la continuidad terapéutica, escolar y afectiva, minimizando cualquier posible malestar derivado del cambio del modelo familiar.
El enfoque del abogado Marco Bianucci, abogado con consolidada experiencia en derecho de familia en Milán, se centra en la redacción de un plan parental personalizado. Este documento no es un simple acuerdo formal, sino una herramienta estratégica y detallada que regula cada aspecto de la vida del hijo con discapacidad. El objetivo es prevenir futuros conflictos y asegurar que cada decisión se tome en función de sus reales necesidades. Los elementos fundamentales de este plan incluyen la definición precisa de las modalidades de convivencia, teniendo en cuenta las rutinas y la estabilidad del menor, y un análisis exhaustivo de la contribución al mantenimiento, que debe cubrir no solo los gastos ordinarios sino también todos los gastos extraordinarios relacionados con terapias, apoyos didácticos, asistencia especializada y cuidados médicos. El plan define además las modalidades de colaboración entre los progenitores para las decisiones sanitarias y escolares, garantizando coherencia y continuidad en el proceso de crecimiento del hijo.
El cálculo de la pensión de alimentos para un hijo con discapacidad no se basa únicamente en los ingresos de los progenitores y en las tablas estándar de los tribunales. Se consideran de forma prioritaria todas las necesidades específicas del menor. El importe se determina teniendo en cuenta los costes de terapias de rehabilitación, apoyo psicológico, asistencia domiciliaria, compra de ayudas específicas y itinerarios educativos personalizados. Es fundamental documentar detalladamente todos estos gastos para garantizar una contribución adecuada y justa.
La custodia compartida sigue siendo el régimen preferencial por ley, ya que garantiza el derecho del menor a la coparentalidad. Sin embargo, sus modalidades de aplicación deben ser flexibles y adaptadas a las necesidades del hijo. La prioridad absoluta es su estabilidad psico-física. Por ello, se puede prever una convivencia principal con uno de los progenitores, si esto responde mejor a sus rutinas y necesidades, garantizando al mismo tiempo al otro progenitor amplios derechos de visita y participación en todas las decisiones importantes.
A diferencia de lo que ocurre con los hijos normodotados, la obligación de manutención para un hijo con grave discapacidad no cesa automáticamente al cumplir los 18 años. Si el hijo no es económicamente autosuficiente, el progenitor custodio tiene derecho a seguir recibiendo una pensión de alimentos. En algunos casos, puede ser necesario activar instrumentos de protección jurídica como la administración de apoyo para la gestión de los aspectos patrimoniales y personales.
Las decisiones relativas a la salud, la educación y los itinerarios terapéuticos del hijo entran dentro de las de mayor importancia y deben ser tomadas de común acuerdo por ambos progenitores. Para evitar desacuerdos, es fundamental que el plan parental defina claramente las modalidades con las que estas decisiones se debatirán y se tomarán. En caso de conflicto irreconciliable, la decisión final corresponde al juez, que actuará siempre y solo en el exclusivo interés del menor.
La gestión legal de la custodia de un hijo con necesidades especiales requiere no solo competencia jurídica, sino también una profunda sensibilidad. Cada familia tiene una historia única y merece soluciones que respeten sus peculiaridades. Si está afrontando esta delicada situación, es esencial confiar en un profesional que pueda guiarle en la construcción de un futuro seguro para su hijo. Contacte con el Despacho de Abogados Bianucci en via Alberto da Giussano, 26 en Milán para recibir una evaluación exhaustiva de su caso. El abogado Marco Bianucci le asistirá en la elaboración de la estrategia más eficaz para proteger los derechos y el bienestar de su familia.