El fin de una unión conyugal o de una convivencia no pone fin al rol parental. De hecho, a menudo lo hace más complejo, especialmente cuando se trata de tomar decisiones importantes para el crecimiento y el bienestar de los hijos. Una de las fuentes más comunes de conflicto se refiere a la elección de las actividades extraescolares, como cursos de idiomas, música o disciplinas deportivas. Comprender cómo la ley regula estas decisiones es el primer paso para gestionar la situación de manera constructiva y tutelar el interés primario del menor. Como abogado especialista en derecho de familia en Milán, el Dr. Marco Bianucci asiste diariamente a padres que enfrentan estas delicadas dinámicas, proporcionando un apoyo legal enfocado en encontrar soluciones equilibradas.
El principio fundamental que regula las relaciones entre padres e hijos es el de la responsabilidad parental compartida. Ambos padres tienen el derecho y el deber de educar, instruir y mantener a sus hijos, tomando de común acuerdo las decisiones de mayor importancia. La ley distingue entre decisiones de administración ordinaria, que se refieren a la gestión diaria del hijo y pueden ser tomadas por el progenitor con el que el menor se encuentra en ese momento, y decisiones de administración extraordinaria. La inscripción a una actividad deportiva, a un curso de música o a cualquier otro compromiso formativo continuo entra de lleno en esta segunda categoría, ya que incide de manera significativa en la vida, la educación y el tiempo del niño. Por lo tanto, requiere siempre el consentimiento de ambos progenitores.
Cuando surge un desacuerdo irreconciliable, es fundamental actuar con lucidez y estrategia. El enfoque del Dr. Marco Bianucci, abogado con consolidada experiencia en derecho de familia en Milán, se centra principalmente en la búsqueda de una solución acordada. La vía del diálogo, aunque difícil, es siempre preferible para preservar la serenidad del menor. En caso de que la mediación no arroje un resultado, la única alternativa es recurrir al Tribunal. En este caso, será el Juez quien decida, tras escuchar a ambos progenitores y, si lo considera oportuno, también al menor (si ha cumplido 12 años o tiene una capacidad de discernimiento adecuada). La decisión del Tribunal se basará exclusivamente en el superior y preeminente interés del hijo, evaluando qué actividad puede contribuir a su correcto desarrollo psicofísico, a sus inclinaciones y a su bienestar general.
Otro aspecto crucial es la distribución de los costes. Los gastos relativos a las actividades deportivas, recreativas y educativas se clasifican generalmente como gastos extraordinarios. Esto significa que no están incluidos en la pensión de mantenimiento ordinaria y deben ser sufragados por ambos progenitores, por norma en la medida del 50% cada uno, salvo acuerdos o disposiciones judiciales diferentes. Es esencial que dichos gastos se acuerden previamente por escrito. Un progenitor no puede decidir unilateralmente inscribir al hijo a una actividad y pretender luego el reembolso del 50% del gasto al otro. La falta de un acuerdo previo puede llevar al rechazo del reembolso, a menos que intervenga una decisión específica del Tribunal.
La inscripción realizada por un solo progenitor sin el consentimiento del otro es ilegítima. El progenitor disidente puede recurrir al Tribunal para solicitar la revocación de la inscripción y no está obligado a contribuir económicamente. Sin embargo, el juez siempre evaluará el interés del menor antes de ordenar la interrupción de una actividad ya iniciada.
Sí, según los protocolos de numerosos tribunales italianos, los gastos de actividades deportivas, cursos de música, idiomas u otras actividades extraescolares se consideran extraordinarios y sujetos al acuerdo previo entre los progenitores. No entran en la pensión de mantenimiento ordinaria, que cubre las necesidades de la vida diaria.
Si los progenitores no llegan a un acuerdo, el juez puede autorizar la inscripción a una actividad considerada beneficiosa para el menor y cargar el gasto correspondiente, en todo o en parte, al progenitor disidente. La decisión se basará en elementos concretos como las aptitudes del hijo, la sostenibilidad económica del gasto y su valor educativo.
Es útil recopilar elementos que acrediten las inclinaciones y los deseos del menor, como opiniones de profesores, pediatras o psicólogos. Demostrar que la actividad no compromete el rendimiento escolar y que es económicamente sostenible para ambos progenitores son factores que el juez tendrá muy en cuenta.
Las decisiones que conciernen al futuro y al crecimiento de los hijos requieren equilibrio, competencia y una visión clara de los propios derechos y deberes. Afrontar estos desacuerdos sin una guía legal puede agravar los conflictos y tener repercusiones negativas en el bienestar del menor. Si está afrontando un desacuerdo sobre las decisiones educativas o deportivas para Sus hijos y necesita el apoyo de un abogado especialista en derecho de familia en Milán, el Despacho de Abogados Bianucci, con sede en via Alberto da Giussano 26, está a Su disposición para analizar la situación y definir la estrategia más eficaz para tutelar Sus intereses y, sobre todo, los de Su hijo.