La sentencia n.º 37859, de 28 de junio de 2024, depositada el 15 de octubre de 2024, representa un paso importante en la lucha contra la apología del fascismo en Italia. En este caso, el acusado, F. P., fue condenado por utilizar vídeos y fotografías para promover un movimiento declaradamente fascista, animando a los "camaradas de la red" a afiliarse y participar en manifestaciones de este tipo. Esta sentencia nos lleva a reflexionar sobre el equilibrio entre la libertad de expresión y la protección de los valores democráticos.
El delito de apología del fascismo está regulado por la Ley de 20 de junio de 1952, n.º 645, artículo 4, que sanciona las conductas de propaganda y exaltación idóneas para procurar adhesiones al disuelto partido fascista. La Corte ha reiterado que para configurar el delito es necesario demostrar un peligro concreto de reconstitución del partido fascista, una condición que la conducta del acusado ha satisfecho claramente.
Apología del fascismo - Conducta - Peligro concreto de reconstitución del partido fascista - Necesidad. El delito de apología del fascismo postula una conducta de propaganda y exaltación en concreto idónea para procurar adhesiones y consensos funcionales a la reconstitución del disuelto partido fascista. (Supuesto de hecho en el que la Corte confirmó la sentencia condenatoria del acusado, retratado en vídeos y fotografías, posteriormente publicados "en línea", en los que se dirigía a los "camaradas de la red", invitándoles a afiliarse a un movimiento definido como "fascista" y a participar en una manifestación del mismo movimiento).
La decisión de la Corte de Casación subraya la importancia de monitorizar y reprimir cualquier intento de reconstitución de ideologías totalitarias. Analizando el caso, podemos identificar algunas claves de lectura:
La sentencia n.º 37859 de 2024 no solo reitera la condena por apología del fascismo, sino también la urgencia de mantener viva la atención sobre estas temáticas, especialmente en una época en la que las ideologías extremistas pueden proliferar a través de las redes sociales. Es fundamental que la sociedad civil y las instituciones trabajen juntas para prevenir la repetición de errores históricos, protegiendo así los valores democráticos y la dignidad humana.