La reciente sentencia del Tribunal de Casación, n. 12968 de 2021, ofrece una importante reflexión sobre las responsabilidades de los médicos en caso de lesiones personales. En este caso, el Tribunal examinó la conducta de dos cirujanos involucrados en una intervención de histerectomía que provocó complicaciones significativas para la paciente, U.D. La sentencia analiza la distinción entre error diagnóstico y responsabilidad, poniendo el acento en la importancia de una adecuada evaluación clínica.
U.D. se sometió a una intervención quirúrgica por sospecha de endometriosis, pero las consecuencias fueron gravosas. Los cirujanos, M.G.B. y M.M., fueron acusados de haber operado sin haber realizado los exámenes diagnósticos necesarios. El Tribunal de Apelación de Cagliari había confirmado la absolución de los dos médicos, argumentando que no se podía probar la culpa por negligencia o imprudencia. Sin embargo, la parte civil impugnó esta decisión, llevando la cuestión a Casación.
Casación anuló la sentencia de apelación, destacando algunas carencias motivacionales y la necesidad de un análisis más profundo. En particular, el Tribunal subrayó la importancia de realizar exámenes diagnósticos antes de proceder a una intervención quirúrgica arriesgada. Afirmó que el médico debe siempre adoptar la solución de un procedimiento diagnóstico más riguroso para evitar riesgos para la salud del paciente.
El médico tiene la obligación de adquirir todas las noticias necesarias del paciente y de otras fuentes fiables para garantizar la corrección del tratamiento quirúrgico practicado.
Esta sentencia conlleva importantes implicaciones para los profesionales de la salud. Es fundamental que los médicos evalúen atentamente la posibilidad de realizar exámenes diagnósticos antes de cualquier intervención, especialmente cuando existen dudas sobre el diagnóstico. Además, la importancia de una correcta documentación clínica no puede ser subestimada, ya que en caso de litigio, se trata de una prueba crucial.
La sentencia Cass. pen. n. 12968 de 2021 representa un importante paso hacia una mayor responsabilización de los médicos. Pone de manifiesto cómo la prudencia y la diligencia son esenciales en el camino diagnóstico y terapéutico, y cómo la falta de observancia de estos principios puede acarrear graves consecuencias tanto para el paciente como para el profesional. La jurisprudencia continúa desarrollándose en este ámbito, señalando la necesidad de un enfoque cada vez más atento y escrupuloso por parte de los médicos.